Gracias a la cantidad de información y a los distintos avances en el ámbito de la neurociencia, las personas son cada vez más conscientes de la importancia de tener un cerebro en forma. Así, el interés por cuidar el cerebro va creciendo día a día y nos preocupamos por buscar ejercicios para agilizar y activar las capacidades cognitivas: sudokus, sopas de letras, crucigramas, etc. Sin embargo, aún no somos del todo conscientes de que lo más efectivo para tener un cerebro sano es ser fiel a un estilo de vida saludable y completo que incluya deporte, ejercicio cerebral para entrenar las capacidades cognitivas, una adecuada nutrición, el control del estrés, etc. Todo esto hará que tanto las capacidades como el rendimiento cognitivo mejoren notablemente.

Por error arrastrado durante años, tendemos a hacer una separación entre cuerpo y mente, como si fueran dos entes distintos sin nada en común. Esta idea es equivocada y debemos concienciarnos y acostumbrarnos a pensar en estos dos conceptos como uno mismo: la salud. Además, en los últimos años, los neurocientíficos han demostrado la interesante relación existente entre cuerpo, mente y cerebro.

¿Qué hay de la pareja deporte y cerebro? Parece que están muy unidos. Deporte y cerebro están más relacionados entre sí de lo que parece. Ambos están implicados en nuestro bienestar, por lo que es necesario trabajar en ellos. Para alcanzar un máximo rendimiento cognitivo, el cuerpo tiene que trabajar duro. Un dato: las personas que realizan habitualmente actividad o ejercicio físico viven más tiempo(3 años más de media), valiéndose por sí mismos y teniendo una mejor calidad de vida según el Estudio sobre Promoción del Ejercicio Físico, de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Deporte y cerebro van de la mano. La actividad física influye en la manera en qué pensamos y sentimos y afecta al aprendizaje, al estado de ánimo, a la atención, a la ansiedad, al estrés y tiene la capacidad de inmunizarnos contra algunas enfermedades o, al menos, refrenarlas o paliarlas.

Algunos de los beneficios más llamativos e importantes que produce la realización de actividad física son la neurogénesis (creación de neuronas) y la disminución de la muerte de las neuronas (apoptosis); Además, el ejercicio hace que las conexiones entre las neuronas sean mayores, más fuertes y eficaces, favoreciendo capacidades como aprendizaje y memoria, entre otras.

Cuando realizamos una actividad física, aparte de coordinar el movimiento de los músculos implicados en el movimiento que se esté realizando, el cerebro coordina todas las funciones corporales necesarias para que esos músculos funcionen correctamente en una situación que básicamente demanda un mayor consumo de energía. Los mecanismos metabólicos activados y controlados por el cerebro se conocen razonablemente bien desde hace años, y están detalladamente descritos en los manuales de fisiología.

Las señales que envía el cuerpo para que el cerebro ponga en marcha las adaptaciones fisiológicas necesarias a la nueva situación que el ejercicio demanda no están establecidas, pero se cree que incluyen cambios en la concentración de metabolitos sanguíneos, de la concentración de CO2 en la sangre, del pH sanguíneo, y otros.

Realizar ejercicio físico moderado es beneficioso para mantener el cerebro sano y prevenir enfermedades neurodegenerativas. El ejercicio estimula al cerebro de dos formas principales:

1) Mantiene un aporte adecuado de nutrientes interviniendo en la homeostasis de la glucosa y del oxígeno y en los procesos de vascularización cerebral

2) Optimiza la eficacia funcional de las neuronas interviniendo en procesos de excitabilidad neuronal y de plasticidad sináptica.