Son movimientos involuntarios repetitivos que reproducen aspectos de la conducta normal. Los tics se exacerban con la ansiedad y el estrés, y son supresibles por breves períodos de tiempo pudiendo resultar esta inhibición en un rebrote posterior.

Esta característica hace posible que los tics pasen desapercibidos en consultas aisladas y que los que mejor adviertan su presencia sean las personas que están en contacto con el paciente durante mayores períodos de tiempo ( padres, maestros, pediatras).

¿Cómo se clasifican los tics?

Los pacientes pueden presentar tics motores y fónicos y éstos a su vez pueden ser simples o complejos. Los tics simples consisten en movimientos de grupos musculares aislados mientras los tics complejos involucran una serie de conductas motoras y de sonidos orquestados.

Ejemplos de tics simples son parpadeo, carraspeo, tos, resoplidos nasales, encogimiento de hombros y muecas, mientras que de los complejos lo son conductas como girar, patear, saltar y gemir, pegar, morderse, tocar, oler, sacudir distintas partes del cuerpo y repetir palabras o frases.

Dentro de los tics complejos los pacientes pueden presentar la necesidad de proferir obscenidades (Coprolalia), de realizar gestos obscenos (Copropraxia), de copiar los gestos de otros (ecopraxia) o sus palabras (ecopraxia) y de repetir una frase o palabra propia (palilalia)

Sensaciones que generan o anuncian la llegada de un tic

Los tics están precedidos en la mayoría de los casos por sensaciones y percepciones que se denominan fenómenos premonitorios tales como sensación de tensión, ardor, calor o incomodidad en áreas corporales específicas que urgen a la persona a realizar el tic para aliviar dichas sensaciones. Los pacientes comparan estas sensaciones con la urgencia que una persona siente de rascarse para aliviar la picazón de una picadura de un mosquito. Por eso algunos pacientes refieren que sus tics son voluntarios.

En forma interesante en los pacientes que presentan síntomas obsesivo compulsivos los tics pueden estar precedidos también por ideas obsesivas como por ejemplo miedo a que algo malo ocurra a un familiar o asco.